Llevo todo el día sin hacer nada, bueno, sin hacer mucho, algo sí que he hecho. No es de mis días más productivos. Tengo cumplidos mis objetivos de aquí al miércoles, puedo estar algo tranquila. Quizás debiera empezar a leer los 96 mensajes de mi carpeta de Unread Mail. El padre de Javi, mi ex-vecino al que cuidaba, es un tipo de estos importantes que tiene un asistente personal que una vez al mes va a su despacho a contarle lo que tiene que hacer para ser (el) mejor en lo suyo. Una de las primeras cosas que le dijo fue que no leyera más de la mitad de los mails que recibiera al día. De los no leídos debía borrar un determinado porcentaje según un criterio, por ejemplo los que no tuvieran asunto o los que fueran de determinadas empresas. Y el resto archivarlos. También le dijo que, cada día, nada más llegar a la oficina, leyese el periódico y se tomase un café antes de hacer nada. Y que le hiciese un regalo a la mujer.

Yo soy el último mono aquí pero sin embargo ya tengo muchos mails no leídos. Lo del café y el periódico también lo llevo bien. En regalos para ti pienso sin parar. Te pienso tanto. Una vez lo leí en una pared no recuerdo dónde. Me pareció tan bonito que me hubiera llevado ese trozo de pared, aunque no fuese a mí a quien pensaran (tanto). Antes ha venido un chico a pedirme prestado un boli Please, can i borrow your pen? Le he dicho Sure y le he sonreído del mismo modo en que lo hacía a quien me pedía keptchup en mi anterior trabajo, me he sentido un poco estúpida. Creo que no me lo va a devolver pero me da igual, lo tengo repe. En realidad, en verdad, no sé porqué tengo tantos bics en el lapicero, no me gustan. Bic bic bicbicbic

Estos días en Madrid hay que hacer cola hasta para salir del metro. Hace frío y la mitad de las luces de la plaza Mayor no se encienden. Luces. Frío. Quiero comprar castañas para que te calientes las manos con el cartucho y yo calentármelas en tus bolsillos. O al revés. ¿Nos compramos una peluca?

Qué grande era Lola Flores.