Con la importancia justa que hay que darle a las cosas. La importancia de no tener que explicarte lo que es un gañafote ni una pandorga. La importancia de que sepas pedir un pepito de aguja palá, o cocinar chícharos con jamón, o que te gusten los alcauciles. La importancia de que entiendas mis antojos de citratos o de pirulís de caramelo con galleta. La importancia de que sepas lo peligroso de engolliparse, que hay que tener un buen pie de somalí para andar descalza y lo que duelen los cortes con almejas de burro. La importancia de conocer cómo cambia un cabezo a lo largo del año o cómo está la marea según los barcos de la ría.