Hace poco comentaba el trauma que supone para toda persona el enterarse de que los Reyes son los padres, cuando me lo dijeron mis primos encerrados en el cuarto de los cocos de casa de mis abuelos no me lo quise creer. No, no, no, es imposible, porque yo sé que el disco que me han traído estaba agotado en todos sitios, que me lo han dicho mis padres.

Y yo sigo en lo mismo, que los Reyes no son los padres, quizás al revés. Porque aunque hayan tardado unos cuantos meses, me han regalado lo que les pedí.

Todos conmigo...


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PD. El teclado no me lo regalaron porque no cabía en mi escritorio, pero me han dicho que cuando tenga un sitio donde ponerlo me lo traen, fijo, fijo.

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No deja de ser curioso, no.