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Celebrando


El domingo hizo el primer de mi llegada. Nos fuimos a Bath a pasar el día, no era premeditado como celebración, simplemente coincidió. Cambiamos unas treinta y siete veces de CD de camino allí. Aparcamos bastante lejos del centro aunque en realidad pensábamos (J. era más bien el que lo pensaba) que estábamos más cerca. Dimos una vuelta grande pero conseguimos llegar hasta la abadía aunque N. se empeñaba en preguntar por la catedral. Nos hicimos fotos, compré postales, me mojé las manos en el agua caliente pero sucia de los baños romanos, comimos unos sándwiches junto al río, entramos en una cafetería que me recordaba a Granada por el jazz y el capuccino, saqué medio cuerpo fuera por la barandilla del puente y paseamos mucho.

Como he dicho antes, el domingo era mi cumplemes y además se da el caso de que cuando se está lejos de casa lo de “los amigos de mis amigos son mis amigos” se cumple más que nunca, así que acabamos el día en un restaurante español, andaluz y onubense de la hermana de un buen amigo, de la que ni siquiera conocía el nombre, que casualmente estaba tomando una cerveza (ésta no es la casualidad) con un antiguo compañero mío de instituto (ésta sí) al que no veía desde que comíamos bocatas de tortilla con mayonesa en los recreos. Hablamos un poco de todo durante un buen rato, de las casualidades de la vida principalmente, mientras la voz de Camarón se perdía entre azulejos andaluces y guisos de lentejas.

Volví al coche con una bolsa llena de botellines de Cruzcampo. Fue un gran cumplemes.
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  • albinioca en gmail









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