En esta ciudad, teniendo en cuenta que es relativamente pequeña, hay muchas sirenas. Policía, ambulancias,…

El jueves por ejemplo nos despertaron los bomberos a las 9 de la mañana, nos echaron la puerta abajo, casi literalmente. Bajamos corriendo en pijama y un amable bombero digno de calendario (y yo con estos pelos) nos dijo que no nos preocupáramos, que había una chimenea echando humo y que creían que era la nuestra, pero que había comprobado que era el vecino. Yo le dije que de todos modos era imposible, que por no tener, no teníamos ni calefacción. A las 5 horas volvieron a presentarse en casa del vecino.

Según me contaron, han prohibido las chimeneas, la cosa creo que empezó en Londres, por la famosa niebla londinense. Al parecer el principal motivo eran las chimeneas, así que las prohibieron.

Como me habían despertado tan temprano y el día era estupendo me fui de visita a la catedral. Cuando te vas acercando hacia la portada principal entiendes porqué no podía faltar en Los Pilares de la Tierra. El green yard es precioso y estaba bastante green. En los laterales de la nave central hay unos cojines muy grandes bordados, cuentan la historia de la ciudad desde la época romana o eso me contó uno de los jubilados con cinta roja que cuidan de la catedral que no se despegó de mí desde que le confirmé sus sospechas de que era española. Después me llevó a una de las capillas que fue destruida por una bomba, la reconstruyeron y tallaron en la piedra un ratón, un gato y un jugador de rugby. Son curiosos estos ingleses.

Yo le dije que en la de Salamanca hay un astronauta. Me dijo que éramos un poco raros.