Últimamente hago de todo y no hago de nada, estar desoficiada es lo que tiene, que a una le da tiempo de hacer muchas cosas (como el nuevo formato de los comentarios) y de no hacer nada (como la maleta).

Mi hermana le ha regalado a su cariño un reloj de caramelo, por la boda y eso, cosas que se siguen haciendo en mi familia supongo. Le quedaba un poco grande así que le ha arrancado dos eslabones de un mordisco, ñam ñam. Después le quedaba perfecto.

Yo, cuando iba al colegio, hacía de canguro de mis vecinos, ahora que lo pienso era algo absurdo porque quizás yo seguía necesitando a alguien que me vigilara, pero estaba bien, porque jugaba a disfrazar a Javi, el pequeño, de todo. Siempre se dejaba. Hoy ha venido a cenar a casa y mientras discutíamos sobre cuál era mejor si Bichos o Antz, lo he imaginado saltando encima de la cama mientras yo revolvía los armarios para buscar el último toque para el disfraz. Ya no es tan pequeño, su hermana ya va a la universidad y a él le han quedado 2, música y naturales. Hoy me ha contado que ha descubierto que no hay nada mejor en el mundo que una tableta de chocolate fondant, el de 99% de puro cacao. Lo dice todo con tanta fuerza que dan ganas de comerse una tableta de un mordisco.


Después se fue la luz durante media hora, así que nos hemos perdido la parte más genial de la película. Mientras jugaba con la vela que le he puesto en la mesa me ha mirado muy serio. Te preocupa algo, ¿verdad? Le he contado que Venecia se hunde y que no tengo con quién ir a pasear por la plaza de San Marcos antes de que las palomas mueran ahogadas. Me ha dado un beso y me ha cogido la mano.

Al segundo volvió la luz.

Bichos es mucho mejor que Antz.