Except for the Captain
Published sábado, octubre 22, 2005 by la abiñoca.
¿Sabes? Sigo sin borrar tú número del móvil, no ha sido un olvido. Sigue siendo el primero en mi agenda y lo veo cada día. Quizás tengo la estúpida esperanza de que me vuelvas a despertar un sábado a primera hora de la mañana diciéndome que estás empantanado con el escaner o que te lleve a cualquier sitio porque no te dejan conducir con la medicación nueva.
A ver si me la quitan pronto, ando como atontado, me noto torpe. Y viejo.No había terminado de acostumbrarme a que fueses tú el que se cogía de mi brazo y no al revés cuando te cambiaron la cama por una de hospital. Te comencé a echar de menos desde que dejaste de reñirme por conducir con una mano o por no sentarme derecha a la mesa. Te eché de menos cada una de las horas que pasé junto a tu cama acariciándote la mano. Supongo que estarías cansado de tanta caricia, ya sabes,
siempre rodeado de mujeres. Te echo de menos porque preferiría estar en ese bar en el que ponen colas de gambas fritas con una copa de vino que frente a esta pantalla.
Porque sigues arrancándome una sonrisa con sabor salado.
Porque soy incapaz de terminar este post.