8:00 am
Published sábado, octubre 29, 2005 by la abiñoca.
Ayer perdí el autobús. Me desperté justo a la hora a la que debía estar saliendo de la estación camino de la A92 y es que no debí haberme acostado, para media hora. Ya me lo dijo mi madre, pensé que se iba a enfadar pero sólo me llamó dormilona cuando me recogió en Sevilla. Tiene otras cosas en la cabeza como para preocuparse por un autobús perdido. Como por ejemplo la boda de mi hermana.
Por la tarde fuimos a elegir su vestido de novia. Es bastante entretenido, una chica encantadora se llevó a mi hermana a un probador con una cortina enorme, durante un rato no paró de entrar y salir, trayendo y llevando cosas. A los 20 minutos salió mi hermana, preciosa. No me acostumbro a verla así vestida. La subieron a una especie de tarima mientras le cogían tela por todos los lados, tenía tantos alfileres encima que parecía un muñequito de vudú. Le dije a mi hermana que podíamos robar la tarima y ponerla en el altar, para compensar. Nos entró la risa floja.
Día dulce, de risas, miradas emocionadas y cafés con tarta.

Siempre hay
algo que lo estropea