Por fin me volviste a hablar. Lo echaba de menos. Como antes. Quizás porque me sabes débil y me has dado tregua. Quizás porque no tengo ganas de sacarle a punta a todo o porque ya no hay motivo para hacerlo. O quizás porque ya pasamos por esto antes, los papeles intercambiados. Recuerdo tu mirada de esa tarde y el silencio roto por el rugir de un motor.
Tu nombre pixelado y al segundo un abrazo hecho saludo, no hubo dudas esta vez, no te dejé sonando en la mesilla. Me has hecho reír. Como antes. Y es que hay cosas que te siguen pasando sólo a ti.
Nunca me soltabas la mano al hablar. Cuídate. Me he mirado la mano y he visto la tuya, he ido a darte para que parases de morderla. Como antes.