Los primeros días de verano eran siempre los mejores porque nos reuníamos todos los primos en casa de los abuelos.... sólo se escuchan risas y juegos...pío pío que yo no he sido... y merendábamos en los escalones del patio o sentados en el pozo los más valientes... bájate de ahí que ya sabes que el abuelo tiene cocodrilos, como se rompa la tapa... Teníamos una bonita colección de bichitos de luz y nos duchábamos en el patio con la manguera... ¿si te lavamos el coche nos das cinco duros para todos? Hacíamos castillos en las literas y nos íbamos de aventura por el jardín del diablo, aprendíamos a montar en bici dando vueltas al patio y llevábamos las piernas llena de mercromina... mamá se me mueve el diente, mira... Pero sin duda alguna, lo mejor era que si nos portábamos bien en la siesta y no molestábamos mucho, por la noche mi abuelo nos llevaba a cazar gambucinos a la playa... buscad una linterna, yo me llevo el bastón con pincho por si nos saltan encima... Y tras una hora de aventura nocturna volvía una valerosa pandilla de nueve primos que no se había separado de las piernas de su abuelo en todo el rato pegando saltos y gritando como quien ha encontrado un tesoro escondido... Abuelo mañana volvemos por fi...


Siempre había alguien que prometía haber visto uno