Navegando
Published domingo, enero 30, 2005 by la abiñoca.
Llevo buena parte de la mañana navegando entre muchos blogs (perdiendo el tiempo como siempre a menos de 24 horas de mi primer día de exámenes), navegando entre muchas personas, entre muchas vidas, muchos sentimientos. Hay vida ahí fuera. Dejas de sentirte sola. Descubres que hay gente que siente lo mismo, que tiene las mismas comidas de coco, que llora por los mismos motivos o que se pierde en las mismas poesías, que se enamora de los mismos gestos o que pone la misma banda sonora a su vida.
En uno de esos blogs alguien hablaba sobre lo que hubiese pasado si Anneliese Marie ( Ana Frank ) hubiese vivido sesenta años más tarde.
Tendría un blog: diariodeanafrank.blogspot.com. Postearía sus impresiones a diario, y colgaría en su fotolog imágenes de su escondite. Día tras día, recibiría decenas de mensajes de apoyo desde todo el mundo (¡¡resiste, Ana!!). No tendría por qué haber esperado a morir tristemente de tifus en Bergen-Belsen para ser editada y conocida en todo el mundo. Internet habría hecho el milagro por ella.
Y es que, esto de Internet es acojonante de verdad, no me refiero a la tecnología subyacente ( eso ya lo aprobé el año pasado), me refiero a que no creo de verdad eso de que la tecnología deshumaniza, que nos aisla y que nos relacionamos menos, que hemos perdido el calor de un beso y lo cambiamos por un icono, que hemos dejado de oír risas y nos basta con leer un "jajaja". No lo creo, o, por lo menos, no del todo. Podemos usar estos bichos para encontrar personas que entiendan nuestro idioma y anden a nuestro paso, que comprendan nuestro mundo y pongan tiritas a nuestras heridas aunque sea de lejos. Es cierto que prefiero una conversación de esas en las que arreglas el mundo en unas horas con un café y un piti que delante de una fría pantalla, pero es cierto también que no conozco otro modo de reducir el mundo a un único punto que cabe en mi habitación, si alguien lo conoce que me lo explique.
Escuchando: Lloro,
Sin Bandera.
Nunca me senti tan solo como cuando ayer,
de pronto, lo entendi mientras callaba,
la vida me dijo a gritos,
que nunca te tuve y nunca te perdi
y me explicaba,
que el amor es una cosa que,
se da de pronto en forma natural
lleno de fuego,
si se fuerza se marchita
y sin tener principio,
llega a su final.
Hacía mucho que no escuchaba esta canción.
¡Óle yo!