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Published domingo, enero 23, 2005 by la abiñoca.
Odio. Odio que cuestiones la hora a la que me levanto o a la que me acuesto. Lo que ceno o si decido no tomar postre en la comida. Odio que me mires raro si te invito a desayunar en la cafería de al lado y que me digas que no tienes tiempo ¿Pero no tienes que desayunar de todos modos? Odio que te acerques a la cocina mientras desayuno sola y cierres la puerta mientras me miras con cara de asco. Odio que te cuestiones lo que leo o dejo de leer, los libros que me compro, las fotos que pongo en mi habitación o las descargas de la mula. No me importa que no entiendas cómo puedo estudiar con Maria Callas de fondo, ni que Silvio te canse y mucho menos que me digas que a Paco también le gusta Sabina. Odio que me riñas si pongo una lavadora que no está hasta arriba, necesito calcetines ¿sabes?, y odio aun más que pongas una mientras duermo la siesta. Odio que no dejes todo tal y como estaba cuando usas mi ordenador y que me dejes los restos de tu "merienda" en mi mesa, hace mucho que dejaron de dar regalos por los paquetes de patatas vacíos. No me gusta que cambies de cara a mi Potato ni que uses mi pluma para hacer dibujitos en los folios que tengo en la mesa, son apuntes aunque no entiendas mi letra.
Y sobretodo, odio que no vuelvas a poner el micro-ondas bien. No me gusta el colacao gratinado.
Lo que no entiendo es que ya sabes todo esto y lo sigues haciendo. Será mejor que siga con mis apuntes.