Hoy he visto la lata de vaselina con sabor a fresa, esa que me ponías cuando con el frío se me rajaban los labios y que yo prefería coger de los tuyos a besos. He visto el bote de tu perfume, ese que me gusta tan poco, ese que aspiraba mientras te besaba detrás de la oreja y hundía mi nariz en tu pelo. "En el fondo te gusta mi perfume" "No. Lo que me gusta es olerte".
En ocasiones tu recuerdo me envuelve como una sombra y me pregunto si alguna vez te pasa a ti lo mismo. Si relees mis cartas o escuchas mis canciones, si tratas de recordar mi olor entre tus sábanas o si al despertar me buscas a tu lado. Me pregunto si no he estado perdiendo el tiempo y si me habré perdido muchas cosas y a muchas personas por haber estado tanto tiempo colgada a ti sin darme cuenta de que vivía en una mentira. A veces trato de desear que hayas pasado al menos una noche como las que yo pasé, con angustia y soledad, sin nadie que me pudiese consolar gracias a tu estúpido miedo. Pero no me sale, ya me conoces. He sido demasiado feliz como para pensar todo eso de aquellos días. Te he querido demasiado como para desearte cualquier mal.
Puede que mi almohada haya sido la única que ha estado a punto de morir en un naufragio pero ahora está bien seca y hace meses que olvidó la forma de tu cabeza


Supongo que será la crisis post examen.